Las casas de piedra como los penitentes en las montañas, nos trascienden, son testigos de nuestro paso por la vida.
Incluso viejas o parcialmente derruidas, las casas de piedra tienen un atractivo o encanto del cual pocos pueden decir que no lo advierten. Lo perdurable está dado por el material y en buena medida el mismo condiciona la forma de la casa. Combinando lo inerte con lo vivo y derivados de la naturaleza se logran casas de piedra singulares, pintorescas e incluso fascinantes.
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Fachada rústica de una casa antigua de piedra |
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